Autor Invitado
Francisco Comes Coaching & Desarrollo.
Párate a pensar por un momento.
Has llegado a un punto en el que empiezas a mirar atrás y a analizar todo lo que has vivido.
Recuerdas tu niñez y tu adolescencia. Hay ciertas cosas que te gustaría volver a hacer.
Sin embargo, te das cuenta que has cambiado. Ya no eres como antes. No puedes hacer las mismas cosas. Ahora tienes responsabilidades mucho mayores: el trabajo, tu pareja, tus hijos.
Parece que ya nada volverá a ser igual, que esto ya no tiene solución. La rutina se ha apoderado de ti y ya no hay vuelta atrás.
Puedo imaginarte en estos momentos asintiendo con la cabeza, mientras lees esto, diciendo: sí, así soy yo.
Déjame que te haga una pregunta, así, en confianza.
¿Tienes 40 años o más, verdad?
Efectivamente, me lo imaginaba.
No tienes que preocuparte, a todos nos ha pasado lo mismo. Es algo natural. Son los ciclos de la vida que se van cumpliendo.
Estoy seguro que tienes la sensación que el tiempo ha pasado muy rápido y que no has hecho nada. Que hay muchas cosas que querías haber hecho y ahora ya no puedes.
Empiezas a pensar que ya ha pasado la mitad de tu vida y que no quieres seguir parado, esperando a que se acabe.
No te resignas a que esto siga así.
Pero… ¿Qué puedo hacer?
Como te he dicho, no debes preocuparte, es una reacción normal en muchas personas, aunque no en todas. Es la llamada “Crisis de los 40”.
Lo primero, quiero animarte y decirte que esto tiene solución. Que volverás a ver la vida con ilusión y con alegría. Sólo se trata de hacer un cambio de chip, todo está en hacer click en tu mente y dejar atrás el programa de adolescente o joven, para pasar al de adulto de mediana edad.
¿Sabes la cantidad de cosas que puedes hacer ahora, que antes no podías?
Los últimos años los has dedicado a construir las sólidas bases de tu vida.
Pero si te paras a pensar verás que has tardado casi 20 años.
Te has formado y has acabado tus estudios, o bien, te has dedicado a trabajar duro.
Te has posicionado tomando experiencia en tu campo y trabajando para tener un estatus profesional.
Has formado una familia y has criado a tus hijos.
Has conseguido satisfacer tus necesidades más fundamentales, como tener una casa donde vivir y poder comer todos los días.
E incluso, si la vida te ha tratado bien, has podido permitirte algún que otro capricho.
¡Qué duro todo esto! ¿verdad?
Pues ya lo has conseguido y además entre los veinte y los treinta años, lo que siempre hemos llamado “los mejores años de tu vida”.
¡Qué gran esfuerzo!
Ahora te toca recoger la cosecha de todo lo que has sembrado estos años. Pero espera, también hay que seguir sembrando para el futuro.
¿Y ahora qué?
Ahora es cuando más que nunca debes utilizar tu ilusión.
Tu ilusión por cuidar de tu cuerpo y llegar a mayor en plenas facultades, haciendo ejercicio y vigilando tu alimentación.
Ilusión por ver crecer a tus hijos, que es el fruto más maravilloso de tu vida, viendo cómo se desarrollan y se forman como personas.
Ilusión por hacer de ellos grandes personas y esperando a que algún día lleguen a tu vida los hijos de tus hijos.
Ilusión por retomar tu relación de pareja, que se había quedado un poco aletargada por la presión de todo lo demás como el trabajo, la casa, los hijos, los problemas.
Es el momento de volver a ilusionarse y reforzar los vínculos con tu pareja y que resurja con fuerza el amor.
Ilusión por retomar aficiones que dejaste atrás porque no tenías tiempo o no te venía bien.
Ilusión por los demás. Lo más maravilloso que se puede hacer en esta vida es ayudar a los demás. Plantéate hacer algo así.
Ilusión por aprender a hacer aquello que siempre has querido y no has podido.
Ahora entras en una etapa en la que ya has construido tu vida y puedes volver a dedicar tiempo a todo lo que quedó atrás o dormido en el camino.
Para ello…
Busca la motivación en tu interior. Aprende a escucharte y encontrarás la solución en ti.
Tu vida comenzará a tener sentido. Busca tu misión en la vida y lánzate a la aventura de hacerla realidad.
Bienvenido a los 40.
Una etapa maravillosa de redescubrimiento e ilusión.
Vuelve a ser tú, te lo mereces.
La ilusión será el combustible que necesita el motor de la motivación. Nunca la pierdas.
Gracias por leerme, gracias por estar ahí.
Francisco
Francisco Comes. Coaching & Desarrollo
Hola Virginia y muchas gracias por tu comentario.
En la vida todos debemos tener un sueño. Eso que hace que nos levantemos cada mañana con la ilusión de querer seguir adelante para conseguirlo algún día.
Efectivamente, quien no tiene ilusión por algo en la vida, realmente, no está viviendo.
Tienes toda la razón cuando dices que todo se trata de un cambio de actitud frente a algunos aspectos de la vida. Esos cambios de actitud, son los que provocan que pensemos de modo diferente, sintamos de forma diferente y actuemos de forma diferente, lo que nos lleva irremediablemente a conseguir cosas diferentes.
Sabiendo enfocar correctamente nuestro objetivo, algún día, créeme, nuestros sueños se harán realidad.
Un abrazo,
Muchas gracias Ana por tu comentario.
Tienes toda la razón. En ocasiones pensamos que a partir de los cuarenta, ya no podemos hacer muchas cosas. Sin embargo, es cuando más ilusión ponemos y conseguimos hacer más cosas. La experiencia nos aporta un valor muy grande.
El trabajo interior es fundamental para ello y tú lo sabes bien, Ana.
Sé feliz, reinvéntate a partir de los 40 y descubre una nueva vida.
Hola Virginia:
Gracias por tu comentario y por participar en el blog. Es verdad en cada etapa hay pequeñas y grandes crisis. Son oportunidades para crecer y madurar en muchos aspectos de nuestra vida. Valiosa la frase de tu madre, vivir con ilusión y tener un motivo para levantarte y decir: aquí estoy hoy. ¡Vamos!.
Trasmite mucha motivación este post. Yo no tengo 40 todavía, pero una semana antes de cumplir los 30 tuve una tremenda crisis porque al cambiar de década haces balance. Después de escribir en una hoja todo lo que no había hecho, me di cuenta de que no iba a dejar de hacerlo por cumplir un año mas y sobre todo lo que mas necesitaba era un cambio de actitud o motivacion con respecto algunas áreas de mi vida. Mi madre siempre dice «pobre del que vive sin ilusión» y es que la chispa interior hay que tenerla prendida a cualquier edad para no dejar de aprender e ilusionarnos por todo lo que nos ofrece la vida.
Hola Ana:
Gracias por tu comentario. Caminamos junt@s en el crecimiento interior, que para mi es toda la vida. Y entre tod@s podemos aportar experiencia y conocimiento desde el corazón para como dices: «encender la chispa de la vida» y también mantenerla activa. ¡Claro que sí!, sin perder la ilusión y vivir los 40 de forma diferente y más optimista.
Un abrazo
Hola chicos!
Estoy en plena crisis de los 40 y me siento en la flor de la vida.
Llevo 5 años trabajando mi crecimiento personal, la autoestima, el autoconocimiento, la autorrealización al lado de grandes profesionales y me siento con mucha ILUSIÓN.
Necesitamos profesionales maduritos como vosotros para encender la chispa de la VIDA. Y luego a volar.