
¿Vives la vida de otras personas? Hoy tratamos un tema que causa problemas en la autoestima y afecta directamente a las relaciones. Estar en la vida de otros y no en la tuya, hace que te pierdas en laberintos de líos, malos entendidos, conflictos y te alejas de tu verdadera esencia.
Si alguna de estas preguntas resuenan mucho contigo, quizás sea necesario mirar dentro de ti, liberar sufrimiento inútil para cuidar más de ti mism@:
– ¿Estás demasiado pendiente de lo que piensan y hacen tus familiares y amigos que descuidas tu autoestima, emociones y tus propósitos de vida?
– ¿Estás excesivamente preocupad@ sobre lo que piensan de ti en tu trabajo y crees que en cualquier momento se van a apoderar de tu posición dentro de la empresa?
– ¿Te comparas constantemente con otras personas y crees que tienen una vida mejor que la tuya? Situación que te causa envida, celos, enfado y frustración.
– ¿Quieres controlarlo todo en tu familia, tu hogar y el trabajo que terminas por los suelos, con agotamiento psicológico y dependiendo emocionalmente de los demás?

¿Qué es vivir la vida de otros?
No te ocurre a ti sola o solo, muchas personas en el mundo viven la vida de otros, y esto es una enfermedad grave (tóxica) que hay que tratar, ya que vivir la vida de otros: no es sano para ti, ni para las personas con quien te relacionas.
Vivir la vida de otros es:
#. Dejar de estar en ti, en tus necesidades, en tus objetivos y metas personales por estar demasiado pendiente de lo que hacen o dejan de hacer los demás.
Por ejemplo: «Dependo mucho de mis hermanos, siempre estoy llamándoles para consultarles cosas y además, me comparo todo el tiempo con ellos.»
#. Desperdiciar tu valioso tiempo en preocupaciones y obsesiones que conducen al sufrimiento.
Por ejemplo: «Ellos tienen la culpa de que me encuentre mal y es porque me envidian.»
#. Intentar diseñar la vida de otros a tu gusto. Controlar y entrometerte en todo (por el bien de los tuyos y sin su permiso).
Por ejemplo: «Perdona, pero te estás equivocando…lo mejor para ti es esto que te estoy diciendo. Hazme caso que llevo razón o hazlo por mi.»
#. Exceso de sentimientos negativos que provocan insatisfacción: miedos, rencor, celos y enfado consigo mismo y con la vida.
#. Engancharse a otras personas (apego excesivo y tóxico). Convertirte en adivina y adivinar lo que está pensando, sintiendo y haciendo la otra persona y sufrir por ello. Dar vueltas a un mismo pensamiento (rumiar) con relación a esa persona y al final encontrarte en un laberinto de malestar y dolor sin sentido.
Por ejemplo: «Si ella o él está mal, yo también y empiezo a preocuparme tanto que me roba el sueño y estoy todo el día pensando en ello.»
#. Acostumbrar a otras personas a que dependan de ti en exceso, ejemplo: dependencia emocional, dependencia en la toma de decisiones, entre otras.

Consecuencias
1. La autoestima se deteriora y muchas veces no te das cuenta. Se activan mecanismos de defensa de negación: («no a mi no me pasa esto.») Hasta que algo se mueve dentro de ti y tomas consciencia (despiertas) de que algo no va bien.
2. Sensación de vacío, sentimientos de soledad e incomprensión por parte de los demás, por ejemplo: doy mucho, recibo poco o nada de los demás. Instalarse en el rol: los demás tienen la culpa y pobre de mi.
3. Actitud negativa, pesimista y desánimo con respecto a las relaciones interpersonales. Sentimientos intensos de enfado, sufrimiento por comparaciones y finalmente aparición de la tristeza y la depresión.

4. Se construyen relaciones de excesiva dependencia, entre familiares, hijos, hermanos, parejas, amistades e incluso profesional, etc. El estilo de comunicación es negativo: control, chantaje, discusiones y maltrato psicológico.
¿Cuál podría ser el origen?

#. Muchos años con la estima por los suelos
Esto quiere decir que durante muchos años has tenido la autoestima muy baja y esto influye en la forma de ver la vida y relacionarte.
No recibiste unos pilares sólidos de amor, respeto y valoración. No tuviste unos valores fuertes que te condujeran al empoderamiento y la aceptación de tus luces y sombras.
Cuando descuidas la autoestima, quien rige tu vida es el ego. Por lo que ego coge el mando de tu coche y actúas de dos formas. 1. Sintiéndote superior a los demás, actitudes superficiales (materialismo y vivir de las apariencias) y aparentar que eres feliz ante los demás, cuando no es así. Miedos a perder poder y status.
2. Ir por la vida sintiéndote pobre de mi (víctima), sentirte con poco merecimiento, sintiéndote inferior a los demás, con poca valía y miedos.
Ambas formas provocan insatisfacción y son caldo de cultivo para que otras personas intenten manipular psicológicamente y controlar.
Todo esto influye en la forma cómo te percibes, piensas, sientes y te comunicas con el mundo. En definitiva, dejas de lado tu auténtica esencia y la belleza que tienes dentro.

#. Creencias limitantes con las que creciste y que todavía siguen contigo
Programas mentales que en realidad nunca han sido tuyos, sino de otros: ideas, pensamientos, mensajes y diálogos internos llenos de prejuicios, juicios negativos, etiquetas, complejos, miedos aprendidos, legados dañinos para el Ser maravilloso que eres y que no necesita de estas creencias limitantes.
Estos programas mentales se forman a lo largo de tu recorrido vital (son como un muro de hormigón) y tienen su origen en influencias externas (educación, vivencias y experiencias) que se quedan dentro de ti y con el pasar del tiempo tu misión es derrumbar ese muro de hormigón para Auto-transformarte desde tu esencia y mirarte con ojos nuevos.

Recomendaciones para superarlo
#. Toma consciencia de lo que te ocurre. Se trata de quitarse máscaras para ser tú misma/o. Poco a poco vuelve a tu esencia a través del lenguaje del corazón (escucha a tu alma).
#. El arte de cuidarte para volver a ti 🙂
Cuida tus palabras: las de tu mente y las que salen de tu boca. Cambia tu vocabulario personal, procura que sea auténtico, amable, tranquilo, equilibrado y cariñoso contigo.
Ejemplo: voy a salir todos los días a caminar y lo haré por mi, lo necesito y lo disfruto.
Cuida tu cuerpo: es tu vehículo y gracias a tu cuerpo puedes desarrollarte en esta vida: ejercita tu cuerpo, estíralo, baila, aprende a relajarte, y sé amable con cada parte de tu templo.
Cuida tu mente y tus emociones: centrarte en tu autoconocimiento para des-apegarte de los demás (no es egoísmo, es un derecho). Cuando te desapegas de relaciones dañinas, entonces puedes relacionarte con los demás con consciencia y de forma más saludable.
Busca tu propio camino hacia la quietud interior: Dedica un espacio de tiempo en tu casa, unos 10 minutos para meditar en silencio, con la respiración, percibiendo tu cuerpo o escuchando una meditación guiada.

Cuídate a través de la música: dedica espacios musicales en tu vida: escucha música clásica, instrumental y canciones de toda la vida que te motiven. Escucha tu propia voz cantar (da igual cómo cantes, aprende a reír de ti mismo/a).
Cuídate a través del contacto con naturaleza, ¿quieres calmar la mente y las emociones? Date paseos por la naturaleza: escucha sus sonidos, sus animales, el susurro del viento y el agua. Aunque tu mente racional diga que no funciona, prueba a sentir la naturaleza incluso en un parque o en tu propia casa con tus plantas.
#. Ten perseverancia y valor para liberarte de hábitos relacionados con vivir la vida de otros, por ejemplo: si estoy todo el tiempo preocupada por un familiar, a partir de ahora voy a realizar actividades que me liberen de esa dependencia (2 veces por semana practicaré un hobby o actividad que incremente mis conocimientos (aprender algo nuevo), reforzar una habilidad personal y hacer nuevas amistades.
#. Práctica el arte de quererte. Sé escultor/a de ti y empieza a esculpir tu autoestima: empieza por mirarte con ojos nuevos: ojos de gratitud, empatía y compasión contigo. Pon en práctica pequeños gestos de ternura y amor para contigo. Se trata de convertirte en tu mejor versión y de esta manera podrás mejorar y mucho la comunicación con los demás.
#. Aprende a valorarte: Apúntate a actividades o asociaciones donde pongas en práctica tus talentos y habilidades. En la medida que aprendas a valorarte, también pondrás distancias a relaciones que te hacen daño, estarás ocupado en actividades más productivas, positivas e incluso podrás colaborar socialmente con otras personas que no sean solo tu entorno cercano.
Se trata de que te abras al mundo a (la comunidad humana, también es nuestra familia).

#. Práctica tus derechos asertivos cuando hables y te comuniques con otras personas: derecho a decir no, derecho a equivocarte, derecho a expresar tus ideas y sentimientos, derecho a amar y ser amado, derecho a no estar de acuerdo con algo, derecho a cambiar de opinión, derecho a reflexionar y tomarte un tiempo, derecho a descansar, derecho a elegir, derecho a ser abundante y derecho a evolucionar y salir de la zona de confort. Y aceptar que las otras personas tienen los mismos derechos y deberes que tú.
#. Antes de hablar escucha con atención y sin juzgar negativamente: otra forma de liberarse de las dependencias es que aprender a escuchar (escucha activa) sin estar juzgando, corrigiendo, controlando o queriendo cambiar a la otra persona. Reflexiona y no te tomes nada personal (te recomiendo el libro: los 4 acuerdos de Miguel Ruiz)
#. Cada uno es cómo es y cada uno tiene su propio proceso de evolución consciencial o camino en su desarrollo personal: no intentes cambiar a nadie, cada uno es quien elige cuando y cómo hacerlo.
Si este artículo resuena contigo, aquí estoy para acompañarte en tu camino hacia la auto-transformación y la libertad interior
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